
Son numerosos los estudios realizados sobre el Bol d´Air Jacquier. En ellos se ha demostrado por ejemplo que las inhalaciones con el Bol d´Air permiten iniciar un proceso de mejora de la oxigenación de los tejidos a partir de elementos naturales (Dra Mercier 2008). Dicha oxigenación de los tejidos se utiliza por el deportista para favorecer la sección aeróbica, mejorar la intensidad del trabajo muscular retrasar la aparición del acido láctico y en consecuencia de la fatiga.
El oxigeno esta en el centro del esfuerzo físico, aunque también en el corazón de los procesos de recuperación o de regeneración muscular tendinosa y articular. El Bol d´Air Jacquier permite una más fácil y rápida liberación del oxígeno hacia las células para volver a darles todo su potencial energético.
El Bol d´A ir Jacquier no es un método de dopaje. Los elementos que se respiran a la salida del aparato no tienen efecto alguno de los que se incluyen entre los procedimientos de dopaje: no son diuréticos, no actúan sobre la genética, no son fruto de manipulación farmacológica o física y reproducen un fenómeno natural.
El Bol d´Air Jacquier mejora una función fisiológica sin forzar el organismo.
No aumenta de forma artificial el consumo, el transporte ni la liberación de oxigeno. No se modifican los marcadores sanguíneos por la inhalación de los ¨pinenos peroxidanos ¨ que son estrictamente lo mismo efluvios que usted puede respirar en algunos bosques de pinos soleados.